Si se busca en sus raíces más primitivas, es conocido que los alucinógenos han jugado un papel muy importante en el nacimiento de las religiones. Las religiones indígenas, durante el período colonial y los primeros tiempos republicanos, han sido un tema de estudio bastante recorrido. No obstante, la historia de la costa norteña tiene poca atención. Poder leer los expedientes de idolatrías de la región, contenidos en el Archivo del Obispado de Trujillo, permitirá unir los testimonios monumentales con la palabra viva que da su versión del mundo sobrenatural. La posibilidad de hacerlo se la debemos al paciente trabajo de la doctora Laura Larco, quien nos permite acercarnos con perspectiva histórica a la práctica del curanderismo, cuyos cultores hoy reclaman ser descendientes de los sacerdotes mochicas y, como prueba de ello, tienen en sus «mesas» o altares, ceramios de ese período, al lado de cráneos, crucifijos e imágenes católicas. Son ellos los que dirigen las sesiones en las que se consume el cactus sagrado, y conforman parte de una memoria colectiva a la que debemos contraponer los datos documentales.